Hablaría de algo nuevo, pero este rincón mental es crónico, y no se si eso se puede dejar. Me preocupo. Me agobio. Me detesto. Me odio. A la vez, me da todo igual. Pienso. Hablo. Me da pena, y aún no me callo.
Sex and the City, segundo final de Bradshaw y Big, a pesar de lo eterno de lo suyo, y una Carry desquiciada, nerviosa y de verborrea hiperactiva sobre su fallida relación. Tanto es esto así que el resto de las chicas acaban por decirle que deje de hablar de él, y que si tanto lo necesita vaya a terapia. Una vez allí comienza con un "mis amigas no me soportan más".
Esto me suena.
Podemos citar a una Carry acabada, sentada en la cama, portátil delante, cigarro en mano."A veces me pregunto si realmente había estado enamorada o si era adicta al dolor, al exquisito dolor de querer a alguien tan inalcanzable".
Sabía que este personaje era todo un ídolo. La moda, la escritura y el dolor. Es una mezcla de todo lo que en cierta manera siempre me he sentido, valga la redundancia, ser.
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