ET DIXI: NUNC COEPI.

20.7.11

Aeropuertos, vicios caros, son los restos del naufragio.

Lo siento, pero estoy cansada, harta y profundamente hastiada de luchar por todo lo que es nada. Ese todo que ya no es el de siempre. Ha crecido claro, reluciente, dejando de lado lo vacío que era comúnmente. Una fe que se derrumba. Uno no se proclama ateo para creer en falsos ídolos indignos de ese esfuerzo. Guerras vanas de batallas defendiendo causas que no ganan. ¿Sabes? Qué le den al mundo. No voy a estar aquí para jugar a ver quién es más justo. La relatividad de los conceptos hace que se desvanezcan las creencias en certezas, partes del tonto rompecabezas. Paso de que nada me sobrepase. No pienso dedicar más tiempo a cerrar los ojos y amargarme. Suspiros de puro alivio, que no de innecesario agobio. Qué le den al mundo. Qué le den a todo.



Toca ser una viciosa nada sucia de aura clara, y cierta astucia.



15.7.11

Nada que ver con nada.

Escribir cada vez menos. Más escueto. O tal vez, solo para mí, siempre conmigo. El cansancio de lo público que ahora se vuelve como el secreto más oculto. La tontería de guardar la basura como algo distinto y nuevo. Como todo lo cíclico, como todo pues, vuelve la sensación del inicio. El principio, que aún alejado parece empezar aquí una, otra vez. 

Es el temor a la transparencia. Suficientes los gestos para además adornarlos con palabras necias, anhelos vacíos de su herencia. Si bien las alababa, el cansancio de la repetición que juega con la inercia de la situación, delas ya por acabadas. 

Es como un triste compositor, estos que utilizan el tópico universal: para ti no tengo amor, querido galán. Unas rimas baratas, un compás para regar el mundo de pena y desazón. Igual que un ritmo prosaico que se vacía con imposibilidad de volverse a llenar. O igual que una misma, que regala sonrisas tristes, miradas fugaces que se esconden cuando deberían estar.

Llegando, de pronto, esta melancolía. Fruto del caos de siempre, el no que juega a por qué no sí. La frustación del futuro claramente desdichado. La incapacidad de la valentía a dejarlo todo a un lado. Superar lo insuperable y jugar a crear un mañana, da igual si abocado, mientras sea sencillamente afortunado.

Vuelve el sin embargo, la respuesta que corta las alas. Ese salto infito que te cae ilusoriamente de la cama. Abrir los ojos de un golpe seco, y preguntarte indiscreto como será el final que nunca verás del sueño


Regálame una palabra que no tenga nada que ver con nada.