ET DIXI: NUNC COEPI.

30.12.11

No voy a despertarme porque salga el sol.

Un poco de música melancólica, y ese razones para creer con el que Coca-Cola cuentas las horas que quedan para cambiar de año han hecho decrecer mi estado de ánimo. Se suele hacer balance llegados a este punto. El cúmulo de cosas buenas, malas, de cambios, en general. Pero yo detesto eso, supongo que porque tengo la manía de verlo todo con mi halo pesimista, y hacer balance de lo negro, no es merecedor de ser un entretenimiento.

He adorado muchos momentos, muchas risas, muchos juegos, muchos de mis autocuentos y todas esas extrañas maneras que tengo de permitirme ser feliz alguna vez. Por contraposición, tengo el cúmulo de desorden, caos y catástrofe que crea mi tendencia a despreciar profundamente la felicidad. No puedo evitar centrarme en las carencias, en lágrimas, en impotencias. Ser la más tonta, la más fea, la menos interesante. Ni me doy pena, ni me amo demasiado. Pero nunca voy a dejar de querer utopías ideales, absurdas e irrealizables, porque sino... tal vez perdería la gracia. Me gusta ser dramática.

A todo el mundo le gusta decir empecemos una vida nueva, pero sabemos que es mentira, para que perder el tiempo. Un 31 que pasa a 1, que salga el sol, que ya veremos.


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